La voz de Ana Vázquez Córdova tiembla al relatar lo que vive con su hijo de cinco años, Hamlett López Vázquez, internado desde el 12 de abril en el Hospital Infantil de Ciudad Victoria. Lo que comenzó como un diagnóstico de dengue, se convirtió en una pesadilla cuando los médicos cambiaron el diagnóstico a leucemia linfoblástica y el pequeño terminó en estado crítico.
“Mi hijo hablaba, sonreía, se paraba, se movía… ahora su vida es otra. Está como un vegetal. Tiene los ojos tapados con cintas, un tubo en la boca, sangre seca en la lengua, donde al intubarlo le arrancaron un diente”, describe Ana, al borde del llanto.
La lucha de una madre contra el sistema
Ana asegura que, en lugar de recibir información clara, ha enfrentado hostigamiento por parte del personal médico por exigir atención digna para su hijo.
“Solo pido que lo atiendan como debe ser. Que el director del hospital ponga orden. Si algo le llega a pasar a mi hijo, a su papá o a mí, hago responsable al director”, advierte con firmeza.
El polémico llamado a la Guardia Estatal
Ante la presión de la familia, el director del hospital salió a dialogar, pero según testigos, su actitud fue despectiva e incluso llamó a la Guardia Estatal, acusando al padre de Hamlett de portar un arma. Tras una revisión, no encontraron nada.
Mientras tanto, Hamlett sigue en terapia intensiva, conectado a máquinas, y su familia exige una investigación urgente. ¿Fue un error médico? ¿Por qué la reacción del hospital? La historia sigue desarrollándose.